Ayer nos hacíamos eco
de la noticia de que el matador de toros Javier Castaño estoqueara en solitario
un encierro de Miura en la feria de Pentecostés en tierras Galas (Nimes)
Gestos o gestas como estas, hacen que la llama en el
aficionado permanezca viva y encendida.
Ahora la gesta de Javier se suma a la de Fernando Robleño
que igualmente estoqueara un encierro de José Escolar en Céret (Francia) para
el deleite de los aficionados amantes de la pureza, la verdad y la
transparencia en el toreo.
Quizás, esta sea la temporada donde toreros modestos vengan
pidiendo a gritos un puesto a tener en cuenta en el mundo del toro, ¡claro! A golpe
de espada y muleta.
¿se sumara alguno más a gestos de esta índole para
reivindicar esa consideración que nunca han tenido?
Desde luego este es el mejor momento para dar el Do de pecho
y darle un cambio de “imagen” a un mundo un tanto degradado en medio de tanta polémica.
2 comentarios:
Diego:
Esto tiene el sentido y la fortaleza que le otorga el toro. De entrada ya se le reconoce el mérito a los matadores que quieren hacer algo extraordinario y eligen unos hierros extraordinarios.
Un saludo
Enrique:
Tienes mas razón que un santo, porque a parte encerrarse con una corrida de un hierro de esta índole tiene ya un merito y un reconocimiento que otro tipo de hierro no le otorgaría.
Un saludo.
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