Gracias Don Máximo

Así es y así fue, y así es como hay que empezar, dándole una vez más las gracias  al ángel de la guarda de los toreros en Madrid, Don Máximo García Padros.

Corría el turno del cuarto de la tarde-noche donde el novillero Sergio Flores fue cogido de malas maneras en el transcurso de faena con la muleta, resultando herido por asta de toro en el cuello, muslos, testículos y pene, resultando de pronóstico grave. Sergio tuvo suerte de que la cornada en el cuello no le toco puntos vitales, si no la tragedia hubiese sido inmediata.

¿y que paso en el ruedo? Pues saltaron al ruedo unos novillos justitos de presentación del hierro de Javier Molina, de buen juego en general excepto el quinto de la tarde, destacando a un primero con clase pero exigente, donde a Sergio se le fue con las 2 orejas al desolladero, en el segundo novillo me parecería injusto juzgar al novillero herido, pero la tónica iba como en el primero.

En el segundo capítulo donde protagonista fue Adolfo Ramos, no supo atemperar ni conducir las envestidas de un novillo exigente, pero igualmente propicio para el triunfo, y es que a Madrid no se puede ir verde como una lechuga, en el quinto más de lo mismo, pero con un novillo más deslucido.

En el tercero Luis Gerpe no supo ver las cualidades del novillo, que aunque manso en los primeros tercios fue un toro con repetición y emoción en la muleta, su aptitud fue buena, pero Luis pecó de verde. Con su segundo y sexto de la ya entrada noche, nos regaló unas verónicas de buen gusto donde nos hacía presagiar que todo podía romper pa lante, porque las ganas a este chaval no le faltan, pero el poco rodaje le hizo pasar factura con la muleta, cierto es que su novillo no fue para soñar el toreo, y los que tuvimos que soñar fuimos nosotros de lo que pudo ser y no fue.

Como triunfador de la noche, el ganadero, como ángel de la guarda, Don Máximo